Vivimos en una época en la que todo va demasiado rápido. Corremos para llegar al trabajo, comemos cualquier cosa delante del ordenador, dormimos poco (y mal), y aun así sentimos que nunca llegamos a todo. Las pantallas no descansan, el cerebro tampoco, y el cuerpo… bueno, el cuerpo intenta seguir el ritmo como puede.
Y claro, llega un punto en el que se queja: nos levantamos cansados, el estrés se hace parte del día a día, y hasta las pequeñas cosas se sienten como un gran esfuerzo.
Ahí es donde entran en juego unos buenos aliados naturales que llevan siglos echando una mano al cuerpo y la mente: los adaptógenos. Su nombre suena a algo muy científico, pero la idea es simple: son plantas y hongos que ayudan a tu organismo a adaptarse mejor al estrés y recuperar el equilibrio cuando la vida aprieta.
Hoy quiero hablarte de tres de ellos que son fáciles de conseguir y que, usados con cariño, pueden marcar la diferencia:
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Ashwagandha, que ayuda a calmar la mente y mejorar el sueño. Su tra
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Reishi, un hongo que apoya la recuperación y fortalece el sistema inmune.
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Rhodiola, una planta que te da energía limpia y te ayuda a concentrarte sin agotarte.
Juntos forman un equipo perfecto: te ayudan a descansar mejor, tener más energía y mantener la calma cuando todo a tu alrededor parece ir demasiado deprisa.
No son magia (ojalá), pero sí son una ayuda real para que vuelvas a sentirte con más vitalidad, más equilibrio… y con un poquito más de paz interior.
Tres aliados naturales para estrés, energía y sueño —qué hacen, cómo tomarlos y por qué funcionan bien juntos— explicado de forma cercana, práctica y con un toque de humor.
¿Qué son los adaptógenos y por qué importan?
Los adaptógenos son plantas y hongos que ayudan a tu cuerpo a adaptarse al estrés y a regular mejor sus respuestas físicas y emocionales. No son una varita mágica: no sustituyen el sueño, la alimentación ni la atención médica. Pero, bien usados, son compañeros útiles para tener más equilibrio, energía estable y mejor recuperación.
Ashwagandha: la calma que no apaga tu chispa
Ashwagandha (Withania somnifera) es una raíz muy usada en la medicina tradicional india. Su nombre tiene su gracia, proviene de dos palabras del sánscrito: «Ashwa” (अश्व) = caballo y “Gandha” (गंध) = olor, aroma, y cuando la tomas en polvo y la cueces, entiendes el origen de su nombre… ahora, por fortuna, existe la opción en cápsulas que lo hacen bastante más fácil de tomar. La especialidad de esta planta: ayudar a reducir el estrés y apoyar un sueño más reparador. y eso… ¿cómo lo hace?, fácil, actúa sobre tu cortisol (entre nosotros, el cortisol es la mal llamada «hormona del estrés», sin ella no nos podríamos despertar por la mañana y toda acción sería un verdadero suplicio, es la que nos activa… ahora, cuando esa hormona está descontrolada, pues pasa lo que pasa, nos subimos por las paredes, nos tiembla todo, no podemos dormir…) y ese es el super poder de esta planta, si tu cortisol anda por las nubes, Ashwagandha suele poner orden sin convertirte en un zombi.
Beneficios principales
- Reduce sensación de estrés y ansiedad leve-moderada.
- Mejora la calidad del sueño en muchas personas.
- Apoya recuperación tras esfuerzo y equilibrio emocional.
- Ayuda a generar músculo, si entrenas, claro (estudio Examining the effect of Withania somnifera supplementation on muscle strength and recovery)
- Reduce el nivel de cortisol (estudio Adaptogenic and Anxiolytic Effects of Ashwagandha Root Extract in Healthy Adults)
Cómo y cuándo tomar Ashwagandha
Dosis habituales (extracto estandarizado): 250–500 mg al día. Para el sueño, muchas personas toman 300–600 mg 1–2 horas antes de acostarse.
Consejo práctico: empieza por 250–300 mg diarios y observa cómo te sientes durante 2–4 semanas.
Precauciones
No se recomienda durante embarazo o lactancia. Consulta si tienes problemas tiroideos o autoinmunes, o si tomas medicación continua.
Reishi: el hongo de la recuperación y la serenidad
Reishi (Ganoderma lucidum) es el hongo conocido tradicionalmente como “de la inmortalidad”. Hoy más prosaicamente: aporta apoyo inmunitario, efecto antioxidante y un tono reparador para el sistema nervioso. Es ideal para quienes necesitan recuperar tras etapas intensas o favorecer un descanso más sosegado.
Para mí es un indispesable en la consulta, puede faltar pan o huevos en casa pero ya te aseguro que nunca falta reishi, es mi «prefe» entre todo este arsenal de maravillas de la naturaleza, es como un «superhéroe» de la naturaleza. Imagina que es un hongo, pero no uno de esos que te comes en la pizza, sino uno muy especial que se ha usado por miles de años en lugares como China y Japón porque tiene muchos poderes que nos ayudan a estar sanos. Tan importante y buscado era el reishi en la antiguedad que se dice que los emperadores chinos destinaban más soldados a buscar reishi para ellos que soldados había en la muralla china para protegerla. Así de importante es para la fitoterapia china (por cierto y como culturilla general, en chino se le llama Ling Zhi).
¿Qué es el Reishi?
Es un hongo que crece en los árboles. Piensa en él como una oreja grande, brillante y de color marrón rojizo. La gente lo llama «el hongo de la inmortalidad» porque ¡tiene tantos beneficios!
¿Para qué sirve el Reishi? (Sus superpoderes explicados de forma sencilla)
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Protector del corazón (cardioprotector): Imagina que tu corazón es como una bomba que trabaja sin parar para llevar sangre a todo tu cuerpo. El Reishi ayuda a que esta bomba funcione mejor. Es como si le diera un escudo para protegerla. Puede ayudar a que tu sangre fluya más suave y a que la presión de tu sangre no esté muy alta, lo cual es bueno para que tu corazón no se canse.
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Modulador de tus defensas (inmunomodulador): Tu cuerpo tiene un ejército de soldaditos llamados «sistema inmune» que te defienden de los bichitos malos (virus y bacterias) que te quieren enfermar. El Reishi es como un entrenador para este ejército. Si tus soldaditos están un poco despistados o débiles, el Reishi los ayuda a ser más fuertes y a defenderse mejor. Y si tus soldaditos están demasiado «nerviosos» y atacan cosas buenas de tu cuerpo (como pasa en algunas enfermedades o en alergias), el Reishi los ayuda a calmarse. Es decir, los mantiene en su punto justo, ni muy flojos ni muy agresivos.
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Te ayuda a estar más tranquilo: ¿Alguna vez te has sentido nervioso o con mucho estrés? El Reishi es como una manta calentita para tu cerebro. Ayuda a que te sientas más calmado, a que duermas mejor y a que tu mente esté más clara. Evita que ante momentos estresantes de la vida, haya un «secuestro emocional» (ahí la amígdala toma el control y lo de pensar pasa a un segundo plano, nos volvemos más reactivos sin medir las consecuencias de esa reacción), en este caso este maravilloso hongo te da distancia emocional del problema, no te deja KO o sin capacidad de razonar, al contrario, eres perfectamente lúcido, sólo que sin la presión de la emoción, digamos que baja el volúmen a la emoción que predomina en el cerebro y te deja decidir de manera más lógica.
¿Y todo esto cómo lo hace? (El Reishi y tu «centro de mando»)
Imagina que tu cerebro tiene un «centro de mando» muy importante que controla muchas cosas de tu cuerpo, como cuándo te sientes estresado o cómo funciona tu energía. Este centro de mando tiene tres partes principales, como si fueran tres amigos que trabajan juntos:
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Hipotálamo: Es como el jefe principal. Recibe toda la información de lo que está pasando en tu cuerpo y decide qué órdenes dar.
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Hipófisis: Es como el «secretario» del hipotálamo. Recibe las órdenes del jefe y las envía a otras partes del cuerpo.
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Glándulas suprarrenales (o «adrenal»): Son como dos bolsitas que están encima de tus riñones. Reciben las órdenes de la hipófisis y producen unas sustancias (como el cortisol, que es la hormona del estrés o la adrenalina que nos pone el «petardo en el culo» para que actúes y ya) que te ayudan a reaccionar cuando hay algo importante que hacer, como correr rápido si te persigue un perro o estar alerta en un examen.
Este grupo de amigos que trabajan juntos se llama el eje Hipotálamo-Hipófisis-Suprarrenal (HHS).
Vale… igual esto no acaba de quedar claro… sabes, voy a tratar de contarlo como si de un cuento se tratase, así que sientate en el suelo cómodo mientras aclaro mi voz y pongo mi mejor voz de locutor…
El Señor Hipotálamo: El Gran Sabio del Castillo
La señorita Hipófisis: La Mensajera Real
Los Caballeros Suprarrenales: Los Guardianes de la Energía
- El Hipotálamo (el sabio) ve o siente algo que necesita atención (tienes miedo, frío, hambre, etc.).
- Le cuenta su preocupación a la Hipófisis (la mensajera).
- La Hipófisis envía un mensaje especial (una hormona) a los Caballeros Suprarrenales (los guardianes de la energía).
- Los Suprarrenales liberan sus elixires mágicos (otras hormonas) para que todo el reino (tu cuerpo) reaccione de la manera correcta.
¿Cómo ayuda el Reishi aquí?
Cuando te sientes muy estresado, por ejemplo, porque tienes un examen difícil, tu hipotálamo le dice a la hipófisis que envíe una señal a tus glándulas suprarrenales para que produzcan más hormonas del estrés. Esto te ayuda a estar alerta, ¡pero si es demasiado estrés o dura mucho tiempo, puede ser malo para tu cuerpo!
El Reishi es como un «regulador» para este equipo. Ayuda a que este eje HHS no se «desmadre» cuando hay mucho estrés. Es decir, ayuda a que el hipotálamo, la hipófisis y las glándulas suprarrenales trabajen de forma más equilibrada. Así, tu cuerpo no produce demasiadas hormonas del estrés cuando no las necesita, y esto te ayuda a sentirte más tranquilo y con más energía a largo plazo. Es como si el Reishi les dijera: «¡Hey, chicos, calmaos un poco!».
En resumen, el Reishi es un hongo muy especial que tiene muchos beneficios para tu corazón, tus defensas y para ayudarte a estar más calmado, ¡y todo esto lo hace trabajando con tu propio centro de mando para que tu cuerpo funcione de la mejor manera posible!
Beneficios principales
- Soporte inmunológico y antioxidante.
- Promueve sensación de calma y recuperación.
- Puede ayudar a mejorar calidad del sueño en algunas personas.
Cómo y cuándo tomar Reishi
Si usas hongos enteros, las dosis tradicionales oscilan entre 2–6 g diarios. Si tomas extracto estandarizado, 300–900 mg al día (dividido en 2 tomas) es habitual.
Suele tolerarse mejor con las comidas para evitar molestias digestivas.
Precauciones
Precaución con anticoagulantes o trastornos de la coagulación. Si tienes cirugía próxima o tomas medicación, consulta con un profesional.
Rhodiola: el empujón suave para mente y resistencia
Rhodiola rosea es una planta que crece en lugares donde pocas cosas logran sobrevivir: en las montañas frías y ventosas del norte de Europa, Siberia o el Ártico. Vamos, que si existe un ejemplo de “resiliencia vegetal”, es ella. Y justamente por eso, cuando la tomas, te pasa un poco de esa fuerza interior.
En la tradición nórdica la llamaban “raíz dorada”, y no por su color, sino porque valía su peso en oro: la usaban los vikingos para mantener la energía y la claridad mental durante largas jornadas de batalla o navegación (y sí, sin café de por medio).
Hoy en día, la Rhodiola se ha ganado fama por ser la reina cuando lo que buscas es combatir la fatiga mental y física sin recurrir a estimulantes agresivos. Es esa aliada que te mantiene con la mente despejada y el ánimo estable cuando los días son largos y las exigencias, muchas.
¿Y cómo lo hace? Básicamente ayuda a equilibrar tus niveles de energía y mejorar la manera en que tu cuerpo gestiona el estrés. Aumenta la producción de serotonina y dopamina (las llamadas “hormonas del bienestar”) y al mismo tiempo regula el cortisol, así que no te deja en modo hiperactivo ni tampoco en plan “sofá y manta”. Es un punto medio perfecto entre calma y vitalidad.
Si eres de los que siente que se apaga después de comer, que el cerebro se queda en blanco a media tarde o que vive con la energía en modo ahorro… la Rhodiola puede ser tu mejor amiga. Te ayuda a mantener foco, claridad y resistencia mental sin ese subidón artificial que te dejan el café o las bebidas energéticas.
Una planta que te da energía, pero sin el drama. 💛
Beneficios principales
- Reduce sensación de fatiga y mejora rendimiento mental.
- Favorece el estado de ánimo y la resistencia frente al estrés.
- Es útil en fases con alta exigencia cognitiva o física.
Cómo y cuándo tomar Rhodiola
Dosis científicas comunes: 200–600 mg diarios de extracto. La toma suele hacerse por la mañana o al mediodía (evita justo antes de dormir si notas un efecto energizante).
Precauciones
Precaución en casos de trastornos bipolares (puede inducir manía). Evita combinar sin asesoramiento con ciertos antidepresivos.
¿Y si los uso juntos? Sinergias útiles
Bien combinados, estos tres adaptógenos pueden complementarse muy bien:
- Ashwagandha: aporta la calma y ayuda con el sueño.
- Rhodiola: suma claridad mental y resistencia durante el día.
- Reishi: mejora recuperación y equilibrio general.
Rutina sugerida (ejemplo)
Momento | Adaptógeno | Dosis aproximada |
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Mañana (desayuno) | Rhodiola | 200–300 mg |
Media tarde | Ashwagandha | 250–300 mg |
Noche (1–2 h antes de dormir) | Ashwagandha o Reishi | Ashwagandha 300 mg o Reishi 300–500 mg (extracto) / 1–2 g (polvo) |
Seguridad y buenas prácticas
- Compra productos de calidad: extractos estandarizados y marcas transparentes.
- Haz pausas periódicas (por ejemplo, ciclos de 6–8 semanas con descanso de 1–2 semanas).
- No son sustitutos de tratamientos médicos. Consulta a un profesional si estás embarazada, en lactancia, o tomas medicación crónica.
- Si notas efectos adversos (náuseas, cambios de ánimo, sueño muy alterado), reduce dosis o suspende.
Conclusión
Ashwagandha, Reishi y Rhodiola forman un tríptico práctico y accesible para acompañar periodos de estrés, fatiga o búsqueda de mejor descanso. Si te apetece probar, empieza con uno (observa 2–4 semanas), luego suma otro, y valora cómo te sientes. La paciencia y la escucha del cuerpo son tus mejores aliados.
Descargo de Responsabilidad Importante:
La información presentada en este artículo sobre adaptógenos tiene únicamente fines informativos y educativos. Bajo ninguna circunstancia debe considerarse como consejo médico profesional, diagnóstico o tratamiento.
Los adaptógenos son sustancias naturales que pueden ofrecer beneficios para la salud, pero no sustituyen ni deben utilizarse como alternativa a ningún tratamiento médico, medicamento o recomendación de un profesional de la salud.
Es fundamental que siempre consulte a un médico o a un profesional de la salud cualificado antes de iniciar, modificar o interrumpir cualquier tratamiento, suplemento o cambio en su dieta, especialmente si tiene alguna condición médica preexistente, está tomando otros medicamentos, está embarazada o en período de lactancia.
La automedicación o el uso de adaptógenos sin la supervisión de un profesional puede ser perjudicial para su salud. Tome decisiones informadas y seguras siempre bajo la guía de expertos.