Consejos para mejorar tu salud en otoño
Ya hemos entrado en otoño una estación vinculado al elemento metal, según la medicina tradicional china y por ende (según la teoría de los cinco elementos) que está relacionada con los pulmones y con el intestino grueso. Su color es el blanco (en referencia a la caída de los primeros copos de nieve) y su emoción la tristeza (que es la emoción que la medicina china vincula al elemento metal). Es el tiempo de preparación para el período de descanso del invierno y está relacionado con la comunicación y los trabajos de la mente.
Esta bíen, y eso que significa?
Según la medicina china, cada estación tiene su peculiaridad, en el caso del otoño es la época donde la energía descendente del elemento metal se interioriza para reservarse para la próxima estación hivernal, donde el exterior será frío y por tanto se ha de mantener caliente el interior.
Claro ejemplo de esto lo podemos ver en la madre naturaleza como es el caso de las ardillas que llenan sus despensas para pasar el invierno, o el lince que empieza a cubrir su cuerpo con un tupido pelaje para soportar las gélidas temperaturas del invierno, o el caso de los osos y los erizos que en el otoño empiezan a pasar frío y se guardan en su madriguera donde se quedan dormidos hasta que llega el buen tiempo.
Vale y a mi… cómo me afecta?
Pues llega la época donde empieza a apetecer no salir tanto de casa, tal vez si el día acompaña, salir por la mañana al campo a dar una vuelta (a recoger castañas, a buscar setas, a, simplemente, contemplar el cambio de color que nos ofrece el otoño en los árboles…). Con la llegada de los primeros fríos apetece cambiar la dieta que llevábamos, dejamos más de lado las ensaladas y la «operación bikini» y pasamos más a sopitas, comida de cuchara y «operación jersey de lana». El día es notablemente más corto, llegan las primeras tormentas y lluvias.
El paso del verano al otoño favorece la aparición de las siguientes afecciones:
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- Respiratorias como reacciones alérgicas, sobre todo en asmáticos y enfermos pulmonares, gripes, resfriados, neumonías y faringitis.
- De piel como infecciones de hongos, sequedad o dermatitis por alergias.
- Problemas gastrointestinales tales como descomposición, malestar general intestinal.
- Depresión estacional ya que normalmente el cambio de estación es el causante de una tristeza propia del otoño que se califica como depresión otoñal.
Ajá… y qué puedo hacer para evitar esto?
Bueno, se pueden evitar o reducir en gran medida todas estas afecciones si seguimos las siguientes recomendaciones
La Dieta de Otoño
La dieta de otoño deberá ser más rica, más completa y más calórica que en primavera para poder prepararse para el frío del invierno y para dar energía a nuestro sistema inmunitario. En otoño es recomendable ingerir más alimentos que regulen la actividad intestinal, como cereales integrales, frutas o fibra vegetal. Como el clima otoñal empieza a ser más frío que el verano, es lógico buscar alimentos más caliente y por tanto es aconsejable empezar a introducir a la sopa, la de verduras y cebadas ayudarán a mantener el calor. La sopa de calabaza es realmente buena para los intestinos. Los cereales integrales contienen mucha vitamina B, su contenido en celulosa ayuda a los intestinos, pues estimulan una buena eliminación.
Otros alimentos que podemos añadir a nuestra dieta durante esta época para que nos ayuden:
- Uva, fruta muy desintoxicante que armoniza el cuerpo y, actúa como tónico para los pulmones y el intestino grueso.
- Nueces un puñadito al día, sin abusar, porque son muy calóricas, tienen un gran contenido de serotonina (una hormona que regula el sueño y los estados de ánimo) y son muy saciantes, un puñadito de nueces con un te bien calentito a media tarde puede ayudarnos a llegar hasta la cena.
- Ajo, es una importante ayuda para los pulmones, que facilita también la limpieza y la curación, utilizado desde hace siglos en muchas culturas. Intentar tomar al menos dos dientes al día, machacados, mezclados con agua o un zumo, o dos cápsulas de ajo dos veces al día. Es un buen limpiador corporal, y una útil hierba preventiva.
- Raíz de Jengibre, es un potente estimulante diario para obtener más calor corporal y aclarar los pulmones, aumenta nuestras defensas, podemos añadir, por ejemplo, un poquito de ralladura de jengibre fresco un te por la mañana, nos calentará y nos dará energía para empezar bien el día, pero conviene no abusar demasiado de esta raíz (media cucharadita de café de ralladura fresca, no mucho más al día). Además es un remedio muy bueno para asentar nuestro estómago (elimina las náuseas, incluso las náuseas de las embarazadas).
- Evitar los lácteos, como leche, quesos, yogures, que aunque son muy ricos en triptófano (que ayuda a la creación de nuestra seratonina) son los responsables de provocar mucha mucosidad, con lo que estaríamos favoreciendo la aparición de gripes y resfriados comunes, podemos sustituirlos por leches de origen vegetal como la leche de arroz, de quinoa o yogures de soja.
- Llevar una dieta equilibrada, con legumbres, cereales integrales, pescado, huevos y no abusar de las carnes rojas (ternera, cordero, caballo) ni de las carnes blancas (cerdo, pollo, pavo).
Aunque llegue el otoño, no te pares, haz ejercicio
Llega el otoño y con la llegada de los primeros fríos empezamos a quedarnos más en casa, y entonces, pasamos a realizar el ejercicio preferido de la gran mayoría de las personas, el «sofing» o no moverse del sofá, llega la época de «manta, sofá y película en la tele», que en ocasiones está bien, pero no es buena idea crear un hábito sedentario y más si nuestro día a día ya de por sí es muy sedentario (8 horas en la oficina sentado, vamos y volvemos del trabajo en transporte público, subimos y bajamos en ascensor…).
Vale, no hace falta que vayamos a prepararnos para la «iron man», pero entre una cosa y otra hay muchas opciones. Algo tan sencillo como hacer 3 veces a la semana ejercicio aeróbico como salir a correr, bicicleta estática, pasear a ritmo fuerte, ir al gimnasio a hacer clases de aeróbicos, entre otras muchas actividades. Piensa que la práctica regular de ejercicio contribuye a mejorar la salud de distintas formas. Además de permitir una condición física adecuada, permite tener un cuerpo fuerte, ayuda a controlar el estrés y mejora el estado de ánimo.
Al realizar el ejercicio aeróbico se involucran el sistema cardiovascular, respiratorio y muscular, entre otros. Hace que la respiración sea más rápida y profunda, lo que aumenta la cantidad de oxígeno en la sangre. El corazón late más rápido, aumenta el flujo de sangre hacia los músculos y de regreso a los pulmones. Los capilares se hacen más anchos y ayuda a limpiar de toxinas el cuerpo, también promueve la liberación de endorfinas, analgésicos naturales que promueven un mayor sentido de bienestar.
Resumiendo en 5 buenas razones para realizar hacer ejercicio aeróbico al menos, tres veces por semana:
- Control del peso corporal. Cuando se realiza durante un mínimo de 30 minutos, se logra la utilización de la grasa acumulada en forma de energía, fomentando así la pérdida de peso, a la par que aumentas tu gasto calórico, es decir, quemamos más calorías ingeridas.
- Mejora el estado de ánimo. Cuando se practica de forma regular, contribuye a reducir la ansiedad, la tensión y los síntomas depresivos. Asimismo, promueve la relajación y el sentido de bienestar. Es así como el ejercicio aeróbico mejora el estado de ánimo.
- Mejora nuestro sistema inmunitario. Esto se traduce en una mayor resistencia a enfermedades como la gripa, el catarro común, muy típica de ésta época.
- Fortalece el corazón y mantiene las arterias despejadas. Un corazón fuerte puede bombear sangre con mayor eficiencia, ayuda a que nuestras arterias se mantengan despejadas porque el ejercicio aeróbico aumenta el colesterol bueno y disminuye el malo.
- Permite ser una persona activa e independiente. Mantienen la fuerza muscular, condición necesaria para tener una movilidad adecuada con el paso de los años. También mejora las capacidades mentales y cognitivas. Por tanto, es indicadísimo para todas las edades.
Hábitos de vida saludable
No basta con comer bien y de manera saludable y practicar un deporte de forma regular, si hacemos eso pero no tenemos unos hábitos de vida saludable, es como ponerse un calcetín bien gordo en un día frío y lluvioso, pero calzarse con unas zapatillas de playa, acabaremos pasando frío y mojándonos.
¿Y qué se entiende por «hábitos de vida saludable»?. Pues encontrar un equilibro entre el trabajo y el ocio, intentar conciliar la vida familiar con nuestro día a día, dormir las horas adecuadas, no irse a dormir demasiado tarde ni levantarse demasiado temprano, intentar eliminar una seria de hábitos nocivos como el exceso de alcohol, el tabaco o el exceso de café.
Por tanto, una lista rápida de cosas a revisar en cuanto a nuestros hábitos de vida serían:
- Eliminar el consumo de Café. ¿Es malo un poco de café?, bueno, una taza a la semana tal vez no, pero en esta sociedad en la que vivimos, mucha gente sustituye el desayuno por una taza de café, y para ir aguantando tiramos mucho de café. ¿Quieres una buena manera de empezar el día? Empiézalo con cereales con leche de arroz o quinoa, un poco de fruta y un té con una ralladura de jengibre fresco. Verás el subidón de energía que esto te da sin necesidad de usar el café.
- Dejar el hábito del tabaco. ¿Qué comentar acerca de esto? Está mas que demostrado que el tabaco es muy perjudicial para nuestra salud. Créeme que a la larga, encontrarás una mejoría notable en tu salud, no te resfriarás tanto, no habrá tanta mucosidad, tu piel no parecerá tan mate, no te saldrá el hígado por la boca cada vez que subes un piso andando por la escalera, verás lo agradable que es levantarse sin toser y recobrarás el sentido del olfato y del gusto, a parte que también notarás una mejoría en tu salud económica, y mas al precio que ahora está cada paquete de tabaco. Vale la pena invertir un poco de dinero en eliminar este hábito y ponerte en manos de alguien que te ayude.
- Acuéstate temprano y duerme una media de unas 8 horas. La noche es para dormir, no para hacer la digestión de una cena opulenta, ni para pasarla en vela. No intentemos alargar más el día, nos guste o no, el día tiene la misma duración para todos: 24 horas, si nos pasamos 12 horas trabajando, 2 yendo y volviendo del trabajo y otras 2 haciendo cosas de casas (comida, cena, de todo un poco), no saquemos algunas horas más para nosotros haciéndonos el remolón antes de irnos a la cama. El cuerpo necesita un tiempo de descanso, si nos vamos a dormir demasiado tarde, el sueño no es tan reparador.
- Evita comidas opulentas. En el día a día que llevamos a veces llevamos una desorganización de comidas, apenas desayunamos y muchas veces ni almorzamos, llegamos a la hora de comer con mucha hambre, comemos rápido y mal y ni merendamos y cuando llegamos a casa por la noche, llega la comida fuerte, la cena… craso error. A primera hora de la mañana nuestro metabolismo está a tope, a medio día ya no está tan pletórico, y por la noche lo tenemos como nosotros, por el suelo, por tanto, es mas lógico que las comidas más abundantes sean cuando nuestro metabolismo está mas activo, si lo hacemos al revés ocurren dos cosas, por la mañana no tiramos no por mucho sueño sino por falta de energía y por la noche no dormimos bien porque el cuerpo está haciendo la digestión, y como el metabolismo es más lento, mucho de lo que hemos comido, se va directo al michelín. Recuerda el dicho «Desayuna como un rey, come como un príncipe y cena como un mendigo».
- Cuidado con la adicción al trabajo. Muchas son las cosas que nos venden y proyectos que queremos para verano… ahora, realmente párate a pensar, vale la pena dejarse cada día la salud en conseguir ese dinero para poder tener el último móvil o irse 1 semana de vacaciones en verano a ese lugar paradisíaco…. es decir, para 1 semana de disfrute pasamos las otras 52 semanas del año ahogados y sin tiempo y estresados… ¿vale la pena?, ¿no sería más aconsejable hacer una lista de prioridades?.
Busca tiempo para tí
Según la Organización Mundial de la Salud, el estado de SALUD se define como “correcto bienestar, correcto equilibrio entre las partes física, psíquica y social del individuo; y no solo la ausencia de enfermedades”. Si no tenemos tiempo para nosotros mismos, nuestra parte psíquica poco a poco la vamos relegando a un segundo puesto y llega el día que tenemos un trabajo estupendo, una familia maravillosa, una muy buena posición y comodidad económica… pero hay algo que no acaba de funcionar… Tal vez, el no encontrar ese espacio para nosotros es lo que poco a poco y de manera silenciosa acaba por dar ese punto de no-se-que-me-pasa a nuestra cotidianidad.
Búscate un espacio para tí, resérvalo si es necesario, date, por ejemplo, una hora al día, donde puedas hacer lo que te plazca, pasear, leer, saltar desde un trampolín, lo que quieras, sin ataduras con terceras personas, sólo tú.
Terapias naturales para esta época
- Homeopatía es de gran ayuda junto con los oligoelementos, especialmente el azufre y manganeso y, la combinación de manganeso y cobre.
- Meditación ya que son importantes los beneficios de la meditación para calmar y clarificar la mente. Las respiraciones profundas favorecen que las emociones, tensiones, y frustraciones, salgan a superficie, lo que provoca relajación y una mente más clara.
- Acupuntura muy efectiva para tratar afecciones respiratorias y digestivas típicas de esta época como: rinitis, sinusitis, bronquitis, asma, estreñimiento, colitis, etc.
- Tuina o Shiatsu ayudará a reequilibrar nuestras energías en esta época de transición del verano al invierno. Nos ayudará con dolencias como el estreñimiento, el insomnio, la apatía o la tristeza o los dolores generalizados del cuerpo.
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