El estrés, el mal de hoy en día
El concepto de Estrés se remonta a la década de 1930, cuando un joven austriaco de 20 años de edad, estudiante de segundo año de la carrera de medicina en la Universidad de Praga, Hans Selye, observó que todos los enfermos a quienes estudiaba, indistintamente de la enfermedad propia, presentaban síntomas comunes y generales: cansancio, perdida del apetito, baja de peso, astenia, etc.
Esto llamó mucho la atención a Selye, quien le denominó el “Síndrome de estar Enfermo”. Al finalizar su carrera, hizo un post-doctorado ampliando sus estudios sobre estas dolencias, obteniendo diferentes tipos de resultados que llevó a Selye a considerar entonces que varias enfermedades desconocidas como las cardiacas, la hipertensión arterial y los trastornos emocionales o mentales no eran sino la resultante de cambios fisiológicos resultantes de un prolongado estrés en los órganos de choque mencionados y que estas alteraciones podrían estar predeterminadas genética o constitucionalmente.
Sin embargo, al continuar con sus investigaciones, integró a sus ideas, que no solamente los agentes físicos nocivos actuando directamente sobre el organismo animal son productores de estrés, sino que además, en el caso del hombre, las demandas de carácter social y las amenazas del entorno del individuo que requieren de capacidad de adaptación provocan el trastorno del estrés.
El estrés (stress) es un fenómeno que se presenta cuando las demandas de la vida se perciben demasiado difíciles. La persona se siente ansiosa y tensa y se percibe mayor rapidez en los latidos del corazón.
“El estrés es lo que uno nota cuando reacciona a la presión, sea del mundo exterior o sea del interior de uno mismo. El estrés es una reacción normal de la vida de las personas de cualquier edad. Está producido por el instinto del organismo de protegerse de las presiones físicas o emocionales o, en situaciones extremas, del peligro”.
El estrés es la respuesta del cuerpo a condiciones externas que perturban el equilibrio emocional de la persona. El resultado fisiológico de este proceso es un deseo de huir de la situación que lo provoca o confrontarla violentamente. En esta reacción participan casi todos lo órganos y funciones del cuerpo, incluidos cerebro, los nervios, el corazón, el flujo de sangre, el nivel hormonal, la digestión y la función muscular.
El estrés es un estímulo que nos agrede emocional o físicamente. Si el peligro es real o percibido como tal, el resultado es el mismo. Usualmente provoca tensión, ansiedad, y distintas reacciones fisiológicas.
Es la respuesta fisiológica, psicológica y de comportamiento de un sujeto que busca adaptarse y reajustarse a presiones tanto internas como externas.
Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), hoy en día se reconoce que el estrés es uno de los principales problemas par ala salud de los trabajadores.
Qué es lo que causa el estrés?
Según Jean Benjamin Stora “el estrés es causado por el instinto del cuerpo de protegerse a sí mismo”. Este instinto es bueno en emergencias, como el de salirse del camino si viene un coche a velocidad. Pero éste puede causar síntomas físicos si continua por mucho tiempo, así como una respuesta a los retos de la vida diaria y los cambios.
Cuando esto sucede, (explica Jean) es como si su cuerpo se preparara para salir fuera del camino del vehículo, pero usted está inmóvil. Su cuerpo está trabajando sobre tiempo, sin ningún lugar para usar toda esa energía extra. Esto puede hacerlo sentir ansioso, temeroso, preocupado y tenso.
Por qué se produce el estrés?
En principio, se trata de una respuesta normal del organismo ante las situaciones de peligro. En respuesta a las situaciones de emboscada, el organismo se prepara para combatir o huir mediante la secreción de sustancias como la adrenalina, producida principalmente en unas glándulas llamadas “suprarrenales” o “adrenales”. La adrenalina se disemina por toda la sangre y es percibida por receptores especiales en distintos lugares del organismo, que responden para prepararse para la acción:
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- El corazón late más fuerte y rápido.
- Las pequeñas arterias que irrigan la piel y los órganos menos críticos (riñones, intestinos), se contraen para disminuir la pérdida de sangre en caso de heridas y para dar prioridad al cerebro y los órganos más críticos para la acción (corazón, pulmones, músculos).
- La mente aumenta el estado de alerta.
- Los sentidos se agudizan.
Nos sirve de algo el estrés?
Si, en condiciones apropiadas (si estamos en medio de un incendio, nos ataca una fiera, o un vehículo está a punto de atropellarnos), los cambios provocados por el estrés resultan muy convenientes, pues nos preparan de manera instantánea para responder oportunamente y poner nuestra vida a salvo. Son muchos los relatos de personas que en medio de situaciones de peligro desarrollan una fuerza insospechada, saltan grandes obstáculos o realizan maniobras prodigiosas.
Cuál es el verdadero problema del estrés?
Lo que en situaciones apropiadas puede salvarnos la vida, se convierte en un enemigo mortal cuando se extiende en el tiempo. Para muchos, las condiciones de hacinamiento, las presiones económicas, la sobrecarga de trabajo, el ambiente competitivo, etc., son circunstancias que se perciben inconscientemente como amenazas. Esto les lleva a reaccionar a la defensiva, tornándose irritables y sufriendo consecuencias nocivas sobre todo el organismo:
- Elevación de la presión sanguínea (hipertensión arterial).
- Gastritis y úlceras en el estómago y el intestino.
- Disminución de la función renal.
- Problemas del sueño.
- Agotamiento.
- Alteraciones del apetito.
Cuáles son los síntomas del estrés?
Dentro de los síntomas del estrés podemos distinguir dos tipos:
- Subjetivos, como ansiedad, depresión, agresividad, alteraciones del sueño, entre otros…
- Objetivos, dicho de otra manera, enfermedades relacionadas al sistema corporal directamente, independientemente de su forma de presentación.
Podríamos decir que el estrés es un mal generalizado que se hace más evidente en personas con un ritmo de vida intenso y que en la mayoría de casos no están conscientes del problema.
El estres se manifiesta generalmente en tres etapas:
- La primera es una de alarma que se expresa por medio de tensión muscular.
- La segunda es de resistencia, manifestada por ansiedad, tensión, fatiga y finalmente si la tensión persiste, viene la etapa de agotamiento
- Tercera etapa o etapa de agotamiento, en donde el organismo empieza a presentar síntomas corporales como presión alta, ùlceras, cefaleas y diversos cuadros que involucran todo el organismo.
Entonces el estrés sólo afecta a “ejecutivos agresivos”?
Pues no, el estrés afecta a todo el mundo, tenemos la falsa idea que sólo aquellos que están trabajando con cargos de gran responsabilidad son susceptibles de ser aquejados por el estrés. Si es cierto que en este tipo de personas, el índice de estrés es mucho más elevado que en otro puesto de trabajo, pero no hemos de perder de vista que una ama de casa, puede tener unos niveles de estrés mucho más elevado que cualquier ejecutivo, pues coordinar el mantenimiento de la casa, con la educación de los hijos puede llegar a crear unas cargas de estrés difíciles de soportar.
Incluso una persona jubilada, que parece que no deba estar aquejada de esta dolencia, puede llegar a tener cargas enormes de estrés debido a la incansable necesidad de ocupar todos los espacios ociosos que tenemos en nuestro día a día.
Y cómo puedo reconocer que me encuentro bajo estrés?
Hay toda una serie de síntomas a corto y largo plazo que son indicadores de estrés, mientras síntomas aislados pueden o no significar estrés, cuando varios de ellos ocurren, significa que el estrés está teniendo un efecto en la persona, es importante tener en cuenta, que en la medida que este aumenta, la habilidad del individuo para reconocerlo a medida disminuye. Podríamos decir que el estrés funciona “cegándonos” a la evidencia de nuestras dolencias.
Los síntomas físicos a corto plazo ocurren cuando el cuerpo se adapta a los cambios físicos causados por la liberación de Adrenalina. A pesar que la persona los percibe como desagradables y negativos, son signos indicadores que el cuerpo está listo para la acción de supervivencia o de alto rendimiento. Los síntomas a largo plazo ocurren cuando el cuerpo ha sido expuesto a la acción de la adrenalina por largos períodos de tiempo, cuando esto sucede la salud puede empezar a deteriorarse.
Los síntomas que más comúnmente se presentan son:
Síntomas a corto plazo
- Aceleración del ritmo cardíaco.
- Aumento de la Sudoración.
- Piel fría.
- Manos y pies fríos.
- Sensación de náusea y mariposas en el Estómago.
- Respiración rápida.
- Músculos tensos.
- Deseos constantes de orinar.
- Diarrea o Estreñimiento.
Síntomas físicos a largo plazo
- Alteraciones del Apetito.
- Fríos frecuentes.
- Enfermedades como: asma, problemas digestivos.
- Diversos trastornos sexuales.
- Dolores en general.
- Sensación de fatiga extrema y constante.
- Cefaleas.
- Dolores de cuello y espalda.
- Erupciones de la piel.
Síntomas internos de estrés a largo plazo
- Ansioso y preocupado.
- Confusión y dificultad para concentrarse o tomar decisiones.
- Reducción del interes sexual.
- Sentirse fuera de control ó abrumado por eventos.
- Cambios de conducta: depresión, frustración, hostilidad, irritabilidad.
- Se siente más letárgico.
- Dificultad para dormir.
- Ingiere más alcohol ó fuma más.
- Cambio en hábitos de comida.
La ansiedad es un componente principal de los problemas de estrés y es desencadenada por diversos estímulos.
El estrés, visto desde el punto de la Medicina Tradicional China
Aunque ésta es una “enfermedad” que se cree que es moderna, nada más lejos de la realidad, pues precisamente el estrés es lo que nos ha permitido sobrevivir hasta llegar a ser lo que hemos sido, pero, como todo arma de doble filo, también nos daña a nosotros si no sabemos manejarlo con habilidad. La medicina tradicional china, medicina milenaria con más de 3000 años de antigüedad ya trataba este tipo de desequilibrio, pero no en los términos que actualmente conocemos, para la MTC es un desequilibrio energético lo que causa lo que ahora conocemos como estrés…
Pero realmente según la MTC la manera de abordar el estrés dependerá en última instancia de los síntomas que manifieste el paciente, así como el dolor de cabeza puede venir de diferentes orígenes lo mismo ocurre con los síntomas del estrés.
Sin que sirva como generalidad (en la MTC no existe la “receta” de puntos de acupuntura que vaya bien para el estrés, sino deberemos tener en cuenta los diferentes síntomas), podríamos decir que el 95% de los casos de estrés, el órgano diana (elemento) que está afectado suele ser el hígado (elemento madera), pues una emoción que provoca su bloqueo (estancamiento) es la ira, la cólera, la frustración, la sensación de impotencia, y por desgracia, en esta sociedad, esas emociones abundan, la ira y esa rabia contenida al ver ciertas injusticias, la sensación de impotencia al ver que por más que se trabaja no se llega a las metas que nos hemos marcado, y así, podríamos llenar páginas y páginas de un libro, pues son muchas las presiones a la que nos vemos sometidos día a día.
Qué puedo hacer al respecto?
Pues se pueden hacer muchas cosas para saber manejar correctamente el estrés, existen diferentes técnicas:
- Practicar ejercicio con asiduidad (dos o tres veces a la semana), no es necesario que sea un ejercicio vigoroso o muy fuerte, tampoco hace falta que nos preparemos para la iron-man, basta con un poco de bicicleta o correr o nadar durante unos 40 minutos para forzar a la sangre a circular. Para la MTC, la sangre es la madre de la energía, si movemos la sangre, movemos la energía y ésta no se estanca ni bloquea y mejora el estado de ánimo.
- Comer saludablemente, es muy conveniente, la frase “somos lo que comemos” encierra mucha sabiduría, la vida actual nos obliga a comer un bocadillo mientras vamos de un lado a otro sin parar siquiera a saborear la comida, si a ésto le añadimos que tenemos tendencia a ir extramadamente excitados, tal vez el abusar del café, del te negro y del chocolate o productos que contengan excitantes (como ciertos refrescos) no sería lo más ideal.
- Descansar lo suficiente, es tan necesario cansarse y hacer diferentes cosas que no den motivación para seguir adelante como el descansar para poder retomar al día siguiente nuevas tareas. De todos es sabido que la peor tortura que se aplicó en épocas de guerra era la privación del sueño, si duermes mal, tu moral se derrumba a la par de tu energía y eso provoca más frustración y sensación de impotencia.
- Realizar actividades dirigidas a reducir el estrés como yoga, tai chi, o cursos de reducción del estrés, o algo tan simple y olvidado como salir a dar una vuelta por el campo o por la playa (no sabes que hacer un día del fin de semana, aprovecha y apúntalo en tu agenda).
- Recibir masajes como el shiatsu o el tuina, no hay nada tan placentero como el contacto humano y por desgracia, cada vez, en esta sociedad, hay menos contacto. El simple hecho de recibir un masaje y notar las manos del terapeuta en tu cuerpo, es estímulo suficiente como bajar los latidos del corazón y calmar el ritmo frenético que día a día vamos acumulando. También podemos usar la acupuntura, pues trata también de forma muy efectiva todos los síntomas del estrés, o una combinación de ambas técnicas (masaje + acupuntura).
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